El volumen es una métrica que se registra para todos los contratos de futuros. Se calcula contando el número de contratos comprados y vendidos en un período de tiempo determinado. Se puede controlar el volumen con diferentes intervalos de tiempo, como a diario o intradía.
Cuando un contrato de futuros se traspasa, ya sea compra o venta, cuenta para el volumen de ese contrato.
Por ejemplo, un operador cierra una posición corta en el contrato ES comprando un contrato ES en el mismo mes de efecto del contrato. Así, el volumen ES para ese mes de contrato aumentará en uno.
Los operadores a menudo usan e interpretan la subida o bajada del volumen en un contrato de futuros para ayudar a tomar decisiones comerciales.
Los operadores pueden obtener información importante del volumen: puede indicar niveles de precio donde haya más o menos interés en comerciar con un contrato de futuros. Durante la renengociación, puede ser indicador de cuándo cambiar a comerciar con un contrato con un vencimiento más cercano conforme el volumen disminuya en el contrato que vence. También puede ayudar a identificar los momentos del día en los que unos futuros son más líquidos.
Cuando el volumen cambia, según el precio de un contrato de futuros avanza hacia ciertos niveles, un operador sabe que puede que ocurra un cambio de dirección. Algunos operadores pueden usar esta información para indicar si venden o compran a esos niveles claves.
Durante la renegociación de futuros, los operadores prestan atención al contrato que está en el máximo nivel de volumen. Los operadores usan esta información para determinar cuándo hay que empezar a comerciar con el contrato del próximo mes. Según disminuye el volumen del contrato que vence, los operadores cambiarán a un contrato con el segundo vencimiento más cercano.
Por ejemplo, el contrato E-mini S&P 500 de junio está a punto de vencer y septiembre se convertirá en la nueva fecha de vencimiento más cercana. Durante la semana de renegociación, se ve cómo el contrato de junio empieza a perder volumen y el volumen aumenta en el contrato de septiembre. Si posee un contrato de junio y no quiere mantenerlo hasta su vencimiento, querrá prestar atención a la escalada de la actividad comercial.
Los operadores suelen preferir los momentos de mayor volumen para comerciar, ya que indica que hay más operadores con interés activo en vender y comprar. Cuando el volumen es alto, la diferencia de precio de compra y de venta suele ser menor. Las órdenes se ejecutan más rápidamente y puede haber menos espacio entre tics.
Por ejemplo, los mercados puede tener un volumen más bajo entre las 11 y la 1 de la tarde hora central o justo antes de grandes noticias económicas. Los mercados pueden tener volúmenes más altos en la apertura y el cierre de la jornada o justo después de grandes noticias económicas.
Los operadores pueden fijarse en el volumen diario medio durante un período más largo de tiempo, como varias semanas o meses, para ver si los mercados tienen un volumen más bajo o más alto de lo normal en esa fase.
Lo que el volumen no puede mostrar es si los operadores venden o comprar o si abren o cierran una posición. Asumamos que el Contrato ES se vende a 2375 y que de repente baja a 2360 mientras el volumen aumenta. ¿Qué nos dice esto? El volumen que entra al mercado puede provenir de operadores abriendo posiciones nuevas a largo plazo en niveles claves de apoyo, lo que indicaría una tendencia alcista, o que el volumen pueda venir de la liquidación de una posición existente a largo plazo o la apertura de una nueva posición a corto plazo, lo que podría indicar una posible dirección pesimista. Por lo tanto, un pico de volumen de 2360 necesariamente no es un buen indicador de hacia dónde se dirige el mercado.
Los datos de volumen están disponibles de inmediato para cada contrato de futuros y para el mercado como todo. Aunque los operadores puedan usar el volumen de diferentes formas para interpretar cómo comerciar, el volumen puede ser un factor importante para ayudar a fundamentar tus decisiones comerciales.